domingo, 11 de noviembre de 2012

Se hizo el silencio.


Miro el techo blanco de mi pared pensando: Debería escribir algo.
Pero las palabras no salen, llevan ancladas en mi interior meses, así que decido escribir lo que pasa.
Llego la sequía, una sequía dura y ardiente, que seca y deshace todo lo que encuentran a su paso y yo me quedo observando como mis palabras se quedan mudas
y no paro de recordar algo que escribió Bukowski y pienso que esto se acaba, el único don que tenía se desvanece cada vez que intento escribir. No pienso aferrarme a él, puede que no sea tan buena como creía, pueda que no tengan dones o simplemente puede que necesite tiempo para que las palabras vuelvan a fluir.