miércoles, 26 de diciembre de 2012

Están por todos lados.



Los oledores de tragedias están 
por todos lados 
se levantan a la mañana 
y empiezan a encontrar   cosas 
mal. 
Y se sumergen 
en la rabia, 
una rabia que dura hasta 
que se van a la  , 
e incluso ahí 
se retuercen en su 
insomnio, 
incapaces de quitar 
de sus mentes 
los pequeños obstáculos 
que han hallado. 
Se sienten en contra, 
es un  complot. 
Y por estar constantemente 
furiosos sienten que 
siempre tienen 
razón. 
Los ves en el tráfico 
tocando bocina como salvajes 
ante la más leve infracción, 
puteando 
desparramando sus 
insultos. 
Los sientes 
en las colas 
de los bancos, 
de los supermercados, 
de los cines 
presionan 
en tu espalda 
te pisan los talones 
están impacientes por 
una furia. 
Están por todos lados 
y en 
todas las cosas, 
esas almas 
violentamente 
infelices. 
En realidad están asustados, 
como siempre quieren 
tener razón 
fustigan 
sin cesar... 
es un mal 
una enfermedad de 
esa raza. 
El primero de ellos 
que vi fue 
mi padre 
y desde entonces 
he visto mil padres 
malgastando sus vidas 
en el odio, 
arrojando sus vidas 
al pozo ciego 
y gritando 
enloquecidos.



Charles Bukowski