La bruja humillada
por las burlas y la risa de la niña decidió castigarla con un
conjuro: Cada vez que intentes leer tus ojos se volverán y el dolor
te hará doblar tu cuerpo.
Al oír esto la
niña dejó al instante de reír y comenzó a llorar. Un llanto que
en las noches de tormenta se escucha acompañado de suspiros en forma
de viento y de lágrimas en forma de lluvia.